Las alegrías normales y las alegrias extraordinarias

Carta de nuestro compañero Ignacio de Lojendio Pérez Braun

Cuando tienes un hijo/a “normal” las cosas que esos padres llaman importantes o realmente importantes, para ti, que tienes un hijo/a con “necesidades especiales” pasan a segundo o incluso a tercer plano, o simplemente desaparecen. Ir a un buen colegio, tener buenas notas, ocupar su tiempo en actividades extraescolares apasionantes, rodearse de buenas compañías y ser, como padres, un buen ejemplo a imitar, con el objetivo puesto en que sean capaces de labrarse un futuro provechoso y que formen su propia familia, serían esas cosas importantes. Y si lo cumplen, nos llenan de alegrías normales.

Sin embargo, algunos de esos padres que tienen hijos “normales” no se plantean cuáles serían esas cosas importantes si su hijo/a no fuera “normal”, como por ejemplo que el colegio no sea bueno, sino que tuviera una educación inclusiva y un aula enclave con profesorado preparado y formado para atender las necesidades especiales de los alumnos, no sería necesario que sacaran buenas notas, pero si que tuvieran un sistema de evaluación que permitiera que tu hijo vaya avanzando cada día un poquito más, las actividades extraescolares apasionantes pasarían a ser actividades adaptadas a esas necesidades especiales, con las que se pudiera divertir y que permitiera desarrollar un hobbie o simplemente que pudiera estar en un sitio donde le gustara estar, rodearse de buenas compañías pasaría simplemente a que tuviera amigos y amigas que quisieran estar con ellos, ir a sus cumpleaños o jugar en los recreos, sin insultar ni menospreciar a los demás por el simple hecho de ser diferentes, y finalmente, ese futuro o porvenir provechoso pasaría al deseo de que algún día pudieran valerse por sí mismos cuando no estemos a su lado, gran y dolorosa incógnita que ronda por nuestras cabezas casi cada día. En este caso, si vamos cumpliendo esas cosas importantes, se convierten en alegrias extraordinarias.

Me gustaría que reflexionaras solo un minuto en que nos puedes ayudar, en que puedes ayudar a los padres que tenemos hijos/as con necesidades especiales. Es fácil… puedes ayudarnos y mucho, solo tienes que invertir algo de tiempo explicándoles a tus hijos/as los valores de la diversidad… lo importante que es que esos compañeros de clase, colegio, recreo, juegos… se sientan integrados, queridos y valorados.

La integración es tarea de todos/as, puedes ayudarnos a sentir alegrias extraordinarias

Gracias por tu tiempo en leer estas líneas y gracias por compartirlo.

– Ignacio de Lojendio Pérez Braun

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